Llamado de Dios

“Te he llamado por tu nombre” (Is 43.1)

LA VOCACIÓN ES:

  • Una invitación de Dios para seguir una vida consagrada completamente dedicada a Él
  • Un llamado a una unión divina;
  • Una alegría diferente, con Jesús, por Jesús y para Jesús, a través la experiencia de Consejos evangélicos, en la pobreza, la obediencia y la castidad;
  • Vivir en comunidad, construir la fraternidad y el bien común cuyo centro es Jesús. “Un solo corazón y una sola alma” (Hch 4.32)

ES JESÚS MISMO QUIEN TE INVITA Y TE DICE:

  • Querida amiga, ¿quieres seguirme? ¿tienes confianza en Mi?
  • ¿Estás dispuesta a tener fe en Mi? ¿Estás dispuesta a consagrarte definitivamente a Mi?
  • ¿Sientes ese deseo insistente de darte generosamente a Dios y al prójimo? De ser feliz, al realizarte completamente en la donación y servicio al prójimo.
  • Entrega tu vida por el Reino de Dios, en favor de aquellos que la necesitan más, entrégala sonriendo para transmitir el amor y recibirlo gratuitamente. ¿No es cuando se da, que uno más recibe?
  • Siéntete libre en el proyecto de vida que Dios quiere darte.

Ir contracorriente

La Vocación es ir contracorriente en este mundo que te invita al individualismo, aislamiento y consumo…

¿Sientes que tu corazón vibra por el Señor, deseas regalarle tus ojos, tus manos, tus pies, tus labios para su gloria y para su reino? ¿Deseas entregar tu vida de corazón? ¡Entonces tienes vocación! ¡El Señor te necesita! Este llamado se dirige a ti, mujer joven llena de vida y de entusiasmo que desea alcanzar en el servicio, un ideal puro dándose totalmente.

Madre Clarac decía :

“Sean como esas obreras que van detrás de las segadoras recogiendo las espigas olvidadas en los surcos para que ninguna de ellas se pierda” Nosotras respondemos a este llamado viviendo nuestro carisma en el ejercicio de la caridad y reconociendo a Jesús en esas espigas olvidadas, en la niñez, la juventud, en los adultos mayores y en los enfermos. Recuerda que el Señor necesita de ti, para amar.

Di sí al Señor

Nuestra vida es una respuesta al llamado del Señor, como lo fue para María, quien es nuestro modelo, ella dijo “sí” al Señor. Como familia religiosa, nos confiamos a Ella, quien en todos los sucesos de su vida, nos enseña la humildad y la confianza en Dios: “He aquí la esclava del Señor”.

Querida amiga, ¿Te gustaría seguir las huellas de María Clarac con un espíritu jubiloso y sereno? Mantente a la escucha siendo generosa y ocupa tu lugar en el seno de nuestra familia. Las Hermanas de Caridad de Santa María te esperan para permitirte alcanzar este ideal que es el más completo en el plano humano y divino. ¡El espíritu misionero es nuestra fuerza, ven a compartirlo uniéndote a nosotras!

Madre Clarac decía:

“Señor has de mi vida una canción de amor para Ti”… Este amor que nace de Ti, mi Amado, se vuelca en mi entrega, en mi amor, en mi familia religiosa día tras día.

Sientes que tu corazón comienza a arder… es Jesús que te dice: “Si alguien quiere venir en pos de Mi, niéguese a Sí mismo, tome su cruz y Sígame…” (Mc 8, 34-37).de la croix et qu’il me suive… » (Mc 8, 34-37).